Texto: Raúl del Pino
Fotos: RL Hevia
A nadie dejó indiferente el tercer partido entre Industriales y Artemisa, correspondiente a una de las semifinales de la segunda edición de la Liga Élite del Béisbol Cubano. El encuentro, celebrado en un estadio Latinoamericano vestido de gala, experimentó tanto un inicio y como un final espectacular, aunque desde puntos de vista bien distintos.
Los dirigidos por el exlanzador Yuliesky González se llevaron el triunfo con cerrado marcador de 2-1 para poner la serie a punto de mate. Entre hoy y el viernes, los Cazadores buscarán en el propio Coloso del Cerro la cuarta victoria que los catapulte a su primera final de la pelota nacional.
Y aunque el último out del juego se produjo de forma polémica tras una jugada en home que pudo constituir el empate de los Leones, de lo que sí se hablará por mucho tiempo será del lanzamiento de la primera bola, protagonizado por la leyenda cubana de MLB Tony Oliva.
Como anunciamos en Cuba Noticias 360, el miembro del Salón de la Fama de Cooperstown recibió la invitación de parte del mismísimo presidente de la Federación Cubana de Béisbol (FCB), Juan Reinaldo Pérez, quien ya lo había saludado hace unos días cuando arribó a la isla para realizar una visita privada a su familia en Pinar del Río.
Muchos colegas de la prensa coinciden en que el gesto resultó, cuando menos, una sorpresa proveniente del órgano rector del pasatiempo nacional en la figura de su máxima autoridad, toda vez que la relación de la cúpula deportiva cubana con los atletas que no residen en la isla siempre ha sido complicada y salpicada de matices políticos.
Pues parece que esta vez no fue diferente y así lo evidencian las imágenes que inmortalizaron el pitcheo de Oliva desde el box del emblemático parque habanero. El tres veces campeón de bateo en la Gran Carpa y ocho veces “all star” lució especialmente para la ocasión una camisa del equipo Cuba que asistió al V Clásico Mundial en marzo de 2023.
Aquella selección que rápidamente se hizo popular con el sobrenombre del Team Asere estuvo en el ojo del huracán mediático por incluir, por vez primera desde 1959, a jugadores profesionales sin vínculos con la FCB, entre ellos un puñado que actualmente se desempeñan al más alto nivel.
Y más allá del cuarto lugar que firmó el elenco bajo el mando de Armando Johnson, su presencia en Miami para la ronda final del evento desató un sinfín de críticas y ataques extradeportivos por parte de la comunidad de cubanos exiliados que radica en esa urbe estadounidense, donde más tarde estableció su sede la Federación Profesional Cubana de Béisbol (FEPCUBE).
Precisamente, esa organización que aglutina un equipo de peloteros emigrados, por estos días acapara titulares ante su inminente participación en la Serie Internacional de Barranquilla. La escuadra está conformada por varias luminarias de MLB y otro grupo de beisbolistas profesionales que, además de propósitos competitivos, mantienen un claro objetivo de visibilizar su postura política contraria al gobierno de La Habana.
Ante ese escenario, la FCB no se ha quedado de brazos cruzados y, en primera instancia, rechazó la existencia de esa organización y denunció su intento de usurpar funciones. Por tales motivos, el propio Ministerio de Deportes de Colombia prohibió al equipo de FEPCUBE usar los símbolos patrios de Cuba en el controvertido certamen a comenzar el próximo 24 de enero.
En la que pudiera compararse con una pelea de boxeo de múltiples intercambios, ahora la FCB vuelve a lanzar un golpe en la forma de Tony Oliva vistiendo el traje del equipo Cuba. Un mensaje entre líneas que también fija posturas y echa más leña al fuego de esta controversia que seguirá llenando cintillos durante un buen tiempo.
En lo que cada quien extrae sus propias conclusiones y se alinea con el bando de su preferencia, el mítico número 6 de Minnesota Twins se convirtió en el segundo pelotero antillano con pasado en Grandes Ligas que realiza el lanzamiento inaugural de un partido en Cuba. El primero fue el otrora as del montículo Luis Tiant en el histórico choque entre Cuba y Tampa, en el año 2016.