Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Fotos: RL Hevia
Más allá de las recientes noticias y escándalos relacionados con algunos narradores y comentaristas emblemáticos de la pelota cubana, la 63 Serie Nacional nos dejó la víspera otro rimbombante titular, pero esta vez protagonizado por un lanzador de Industriales desde el centro del diamante de juego.
El derecho Pavel Hernández entró a los libros del pasatiempo nacional al firmar el partido sin hit y sin carreras número 66 del béisbol insular desde 1959 hastaa la fecha. El espigado serpentinero hipnotizó a la batería de Holguín durante nueve entradas para asegurar el triunfo 7-0 en el primer duelo de la subserie particular con sede en el estadio Latinoamericano.
Precisamente, este fue el no-hitter 14 del que es testigo el Coloso del Cerro en sus más de 70 años de vida, para ratificarse como el escenario preferido para este tipo de hazañas en Cuba, de acuerdo con los siempre eficaces archivos del estadístico Benigno Daquinta.
A su vez, fue el sexto que propina un lanzador de los Leones capitalinos. Hernández caminó toda la ruta sin entregar boletos, dio un pelotazo y apenas un segundo hombre entró en circulación por error, mientras propinaba ocho ponches.
La hazaña es la primera de este tipo que se logra en la actual temporada, y la anterior tiene también como protagonista al equipo Industriales, pero en esa ocasión resultó víctima de una joya del artemiseño Geonel Gutierrez, autor del segundo juego perfecto del béisbol cubano en la Serie 62.
Otro dato alrededor de la histórica faena del habanero Hernández es que se convirtió en el pitcher 63 en cubrir toda la ruta durante un no-hitter, aunque de todos los lanzadores que lo lograron solamente en 51 veces dichos juegos se extendieron a nueve entradas.
Sin dudas, esta actuación resulta una bocanada de aire fresco para un campeonato con más notas negativas que positivas y, como ha venido sucediendo en los últimos años, salpicado por polémicas ajenas a lo que sucede dentro de los terrenos.
Aunque no pocos detractores podrán justificar este formidable desempeño al bajo nivel que actualmente experimenta la Serie Nacional, lo cierto es que en cualquier béisbol del planeta se necesita, además de talento y calidad, mucha suerte para conseguir algo así. La belleza del béisbol, dirán algunos.
