Foto: Twitter
Texto: Raúl del Pino
Aunque la prensa rosa de todo el planeta estaba frotándose las manos con el primer cara a cara entre Shakira y Piqué tras el polémico sencillo musical de la colombiana, el reencuentro transcurrió sin penas ni glorias este miércoles cuando el exfutbolista fue a recoger a sus dos hijos en la casa donde vivieran ambos en Barcelona.
Decenas de reporteros esperaban en las afueras de la mansión emplazada en el lujoso barrio de Esplugues de Llobregat, sin embargo debieron marcharse sin nada jugoso que contar.
La mayor expectativa estaba en ver si Gerard Piqué llegaba en el mismo auto marca Twingo en el que arribó a la jornada de la Kings League el pasado domingo, algo que no sucedió pues el exjugador azulgrana apareció en su coche habitual.
La realidad es que nadie sabe cómo lleva reamente la expareja su ruptura, y si todo lo que ha acontecido entre ambos no es más que otro show mediático.
La semana pasada Shakira lanzó un tema con el DJ y productor argentino Bizarrap que, si bien deja mucho que desear por su calidad musical, “rompió” la plataforma Spotify con 14,4 millones de reproducciones en las primeras 24 horas y ha devenido nuevo himno de muchas mujeres en el mundo.
En la canción, la compositora lanza varios dardos a su exmarido y su nueva novia, estableciendo comparaciones entre marcas de autos y relojes que luego se convirtieron en material para miles de memes y también impulsaron comercialmente la imagen de esas compañías, sobre todo las de Twingo y Casio.
De esto último Piqué también tiene gran parte de responsabilidad, luego de anunciar primero que la empresa electrónica japonesa patrocinaría la Kings League y más tarde con su entrada triunfal conduciendo el vehículo fabricado por la compañía francesa Renault.
